Por qué los gobiernos deberían rechazar los intentos de mercantilización de la tierra orquestados por el Banco Mundial y Estados Unidos

Nov 30, 2020
tnoguchi

Frederic Mousseau
Director de política, The Oakland Institute

El discurso del desarrollo continúa cobrando fuerza a pesar de su rol decisivo en la crisis actual así como de los millones de medios de vida que ha destruido con desplazamientos y despojo. Los intereses de Estados Unidos, con su desmesurado poder financiero y político en instituciones como el Banco Mundial y el FMI, juegan un papel prominente.

El virus del Covid-19 ha eclipsado durante algún tiempo la creciente crisis climática y ambiental que enfrenta el mundo. Los alarmantes índices de deforestación, desertificación, degradación ambiental y contaminación continúan amenazando la biodiversidad de nuestro planeta, así como la salud y los medios de vida de miles de millones de personas.

Sin embargo, en lugar de tomar medidas sustanciales, los gobiernos, las empresas y las instituciones internacionales de hecho están “redoblando la apuesta.” Quieren explotar más tierras apelando a un discurso basado en el eufemismo de darles un “uso productivo” en nombre del “progreso” y el “desarrollo” económico. En todo el mundo, los gobiernos se ven presionados a invitar a inversionistas internacionales para que exploten más tierras y recursos para la tala, la ganadería, las plantaciones de palma aceitera, de árboles maderables y otros cultivos, así como para minería, petróleo y gas.

Sin embargo, un obstáculo para esta expansión han sido los regímenes de tenencia de la tierra que prevalecen en varios países así como los derechos que otorgan a las personas que viven en esas codiciadas tierras. Un 65 por ciento de la superficie terrestre del mundo todavía está administrado por comunidades con sistemas consuetudinarios. (1) Se ha demostrado que los pueblos indígenas y las comunidades locales son eficientes administradores de su tierra, gestionada bajo una variedad de sistemas de tenencia comunitaria y colectiva. Los territorios indígenas tradicionales abarcan el 22 por ciento de la superficie terrestre del mundo, que contiene un 80 por ciento de la biodiversidad mundial. (2) Varios países anteriormente colonizados han adoptado sistemas duales de tenencia de la tierra, los cuales reconocen las leyes consuetudinarias sobre la misma y, a la vez, establecen que toda la tierra es propiedad del Estado. (3) Esta situación se considera una limitación para los inversionistas y las empresas. Como lo expresó el Banco Mundial, “los derechos indocumentados [sobre la tierra] plantean desafíos y riesgos para los inversionistas” (4), y en el caso de África, el continente está “frenado por la confusión en materia de propiedad de la tierra”. (5)

Promoviendo el despojo

Un informe reciente del Instituto Oakland titulado “Promoviendo el despojo: el empuje global para desbloquear el potencial económico de la tierra” (Driving Dispossession: The Global Push to Unlock the Economic Potential of Land) (6), detalla las diversas formas en que los gobiernos, voluntariamente o por la presión de las instituciones financieras y los llamados países donantes, intentan privatizar la tierra y hacerla accesible para ser explotada. Esas formas incluyen a las reformas agrarias, cambios en las leyes y reglamentaciones, uso de nueva tecnología para el registro de tierras, así como la eliminación de las salvaguardas vigentes que protegen a los pueblos indígenas y el medio ambiente.

Es importante destacar que el informe revela que los intereses estadounidenses juegan un papel destacado en estos intentos, a través de una serie de vías. Millennium Challenge Corporation (MCC), una entidad del gobierno estadounidense con la misión declarada de “reducir la pobreza a través del crecimiento”, tiene un historial documentado de presionar a los países para que transfieran tierras de agricultores familiares a inversionistas para desarrollar la agricultura industrial. En Sri Lanka, el convenio de la MCC tiene la intención de mapear y registrar hasta el 67 por ciento del país para “promover transacciones de tierras que puedan estimular la inversión y aumentar su uso como activo económico”.

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(1) Rights and Resources Initiative. ¿Quién ejerce el control sobre la tierra en el mundo? Referencia global acerca de los derechos a la tierra formalmente reconocidos a los pueblos indígenas y comunidades locales. September 2015. (acceso del 8 de julio de 2018).
(2) Food and Agriculture Organization. “6 formas en que los pueblos indígenas ayudan al mundo a lograr el #HambreCero”. (acceso del 25 de marzo de 2020). Los sistemas de tenencia consuetudinaria adoptan una multitud de formas que pueden reflejar los problemas sistémicos de las sociedades, como la discriminación de género y de grupos minoritarios. Pero el objetivo de las llamadas reformas agrarias emprendidas por gobiernos de todo el mundo no está diseñado para abordar estos problemas sistémicos.
(3) Mousseau, F. The Highest Bidder Takes it All: The World Banks Scheme to Privatize the Commons, publicado por The Oakland Institute como parte de la campaña Our Land Our Business (Nuestra Tierra, Nuestro Problema), conformada por 280 organizaciones de todo el mundo, que reclama poner fin al programa.
(4) UNCTAD & World Bank. Respecting Land Rights and Averting Land Disputes. Responsible Agricultural Investment (RAI) Knowledge Into Action Note, no. 11. 2018. (acceso del 8 de enero de 2019).
(5) “World Bank: Africa held back by land ownership confusion.” BBC, July 23, 2013. (acceso del 7 de enero de 2019)
(6) The Oakland Institute, Driving Dispossession: The Global Push to “Unlock the Economic Potential of Land, 2020.